La sala de las Pescaderias

Publié le par Céline et Pauline

( La sala de las pescaderías

 

Durante un tiempo en que el teatro municipal estaba en ruinas, un amplio espacio, que incluía esta sala, se utilizó como lonja del pescado de Figueras.


Esta sala presenta  un conjunto de obras de diferentes épocas.

 

 

 

La imagen desaparece (1938)

 

 


Es una pintura muy famosa por lo que se refiere a las imágenes dobles. A primera vista, podemos contemplar un personaje femenino leyendo una carta en su habitación.

 

 

 

Podemos ver que la carta en el fondo recuerda la famosa lectora de Vermeer. Hay que precisar que Dalí adoraba particularmente a las mujeres pintadas por Johannes Vermeer quien fue un pintor de Holanda en el siglo XVII. (Ver el cuadro contiguo, el parecido es sorprendente).


En un mismo tiempo, este cuadro representa el retrato de perfil de Vélasquez (un pintor del siglo de oro español perteneciente al corriente barroco). Así Dalí rinde homenaje en un mismo cuadro a sus maestros Velázquez y Jan Vermeer de Delft: dos de los artistas más famosos en la historia del Arte.

 

 

 


Autorretrato blando con bacón frito (1941)

 

 


Cuando miramos este cuadro, es difícil de entenderlo.

 

 

 

El primer indicio que nos ayuda es el título de la obra: “Soft self portrait”. ¡De este título, podemos deducir que esta obra es el autorretrato del pintor!

 

Además, el hecho de que el título es en inglés hace referencia al exilio de Dalí en Estados Unidos. En efecto, entre 1939 y 1948, Dalí y Gala se exiliaron a Estados Unidos para huir de la Segunda Guerra Mundial. Así, el trozo de panceta frita evoca lo cotidiano en los desayunos del artista durante su exilio en Estados Unidos.

 

El segundo indicio es el bigote. El título sugiere que el rostro pintado es la cara de Dalí y el bigote corrobora esta idea. Un elemento que caracteriza más al pintor es su fino bigote con sus extremidades especiales. Los labios, los ojos y las cejas contribuyen también a identificar los rasgos de la cara del pintor.

 

Et tercer indicio es las muletas dalinianas. Las muletas son típicas del estilo de Dalí. Las encontramos en la mayoría de sus obras. Así, este óleo cuenta nueve muletas. Sostienen los diferentes elementos de un rostro: los párpados, la nariz, el bigote, los labios inferior y superior…

 

Así, estos indicios permiten acotar el universo de esta obra. Ahora, nos centramos sobre la significación.

 

El rostro es amorfo, blando y no tiene ningún contenido: no hay ojos, lenguaje, su cabeza es llana, la cara no expresa ningún sentimiento y está sin vida. Lo que le da una forma de cara son las muletas. Dalí da importancia únicamente a la piel. Dos detalles fortalecen esta idea:

1) el rostro - en realidad la piel del rostro - está sobre un pedestal,

2) la presencia del trozo de panceta frita que es el símbolo de la materia orgánica.

 

Podemos notar varias hormigas sobre el trozo de panceta frita y el rostro para simbolizar la descomposición.

 

Pues, Dalí pinta únicamente el exterior, la apariencia, en lugar de pintar el interior, el alma. Representa el guante de sí mismo y este guante es comestible. Es por supuesto para evocar la idea que su arte, su pensamiento acaricia y enriquece su época.

 

Para concluir, deducimos que según esta obra, lo más consistente de nuestra representación no es el espíritu ni la vitalidad, sino la propia piel.

 

 

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